Corazón helado
Corazón helado
Se le calienta la garganta gritando “¡Justicia!”
pero ahí debajo solo hay hielo.
Grita en la calle “¡Vergüenza!”
mientras huye despavorido
de las flechas de Eros.
No.
No sabe coser sus heridas
aunque cosa un pantalón deshilachado.
No aprendió que amar
era también lamerse el uno al otro
curarse y empezar de nuevo.
Pero sus heridas sangran a destajo
y manchan a toda la que se acerca.
Su sangre les deja un regusto amargo
en la boca.
Todas fueron víctimas
de su corazón helado.
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