Fases y Tratamiento del Alzheimer

Aunque no hay dos personas con Alzheimer iguales, la evolución típica de la enfermedad se divide en sucesivas Fases y Tratamiento del Alzheimer en función de los síntomas cognitivosfuncionales y conductuales. En este artículo explicamos las principales características de cada una de estas fases y algunos consejos sobre cómo actuar a lo largo de la progresión.

La escala GDS y la graduación de las fases de la enfermedad de Alzheimer

La escala GDS (del inglés Global Deterioration Scale), empleada habitualmente en el entorno profesional especializado, contempla la evolución de la cognición y la función cotidiana desde la normalidad de cualquier adulto hasta las últimas consecuencias de la enfermedad de Alzheimer, considerando siete etapas. Dado el curso continuo y lentamente progresivo de la enfermedad, los límites de cada etapa no están claramente definidos, pero permiten una graduación orientativa para su seguimiento.

Fases y Tratamiento del Alzheimer

Hay que tener en cuenta que la escala GDS está basada en la teoría de la retrogénesis, según la cual, una persona con Alzheimer va perdiendo las capacidades cognitivas y funcionales en orden inverso a cómo se adquieren, de forma natural, con el crecimiento y la maduración cerebral. Así, una de las capacidades afectadas en fases leves es la capacidad de gestionar el dinero, mientras que el control de esfínteres se pierde más tardíamente en la evolución de la enfermedad, al revés de cómo sucede en el desarrollo de un niño. No obstante, es fundamental considerar que la persona con Alzheimer seguirá siendo siempre adulta y se debe respetar su dignidad como tal, no tratarla nunca como a un niño.

Fases y Tratamiento del Alzheimer : Los primeros indicios de deterioro cognitivo (GDS 1, 2 y 3)

El GDS 1, en realidad, define la normalidad cognitiva de cualquier adulto que ha adquirido adecuadamente todas las capacidades cognitivas esperables.

En la etapa GDS 2 se engloban todas aquellas personas que, debido a la edad, presentan sutiles dificultades de memoria, propias del envejecimiento cognitivo y que, o bien no son percibidas ni por el entorno familiar ni por el médico o, en cualquier caso, no se consideran relevantes y no son significativas de ninguna patología.

El grado GDS 3 muestra las primeras dificultades claras representando un punto intermedio entre la normalidad cognitiva y los primeros síntomas de demencia. Es un momento clave para estudiar sus posibles causas y ver si pueda ser reversible. Es el momento en el que se puede realizar el diagnóstico clínico más temprano de la enfermedad de Alzheimer. 

Puede que la persona se desoriente en entornos no familiares, que pierda objetos, que aparezcan dificultades para organizarse o que le cueste con frecuencia evocar palabras comunes o nombres de personas, así como que le resulte más complicada la gestión de asuntos financieros. También puede tener problemas para retener lo que ha leído o recordar a personas que ha conocido recientemente. Estos déficits deben ser objetivados mediante una evaluación neuropsicológica con test de memoria y de otras capacidades cognitivas.

Recomendaciones a la hora de recibir un diagnóstico de Alzheimer:

  • Aceptar el diagnóstico. El diagnóstico suele resultar difícil de asumir y por eso hay que informarse bien sobre la enfermedad, su evolución y sus síntomas. Conocer bien la enfermedad hará más fácil la gestión de determinadas situaciones.
  • Muchas personas se preguntan si es bueno informar o no  del diagnóstico a la persona afectada. No hay una única forma de proceder y cada caso es distinto segun la personalidad y trayectoria emocional de la persona.
  • Organizar el futuro propio.  Cuando la persona afectada aún conserva suficiente capacidad de decisión conviene que se libre para planificar su futuro y, si es factible, que pueda comunicar formalmente su voluntad sobre temas personalmente importantes, como de tipo económico, de patrimonio, los deseos respecto a cómo, dónde y por quién ser cuidado, etc. Existen diferentes herramientas legales que garantizan el cumplimiento de la propia voluntad si en el futuro se ve anulada su capacidad para expresarla.
  • Informarse sobre los recursos sociales para enfermos/as y familiares.
  • Apoyar y acompañar. Sentimientos de incredulidad, temor, negación u enfado pueden surgir, tanto en la persona diagnosticada como en sus familiares. El papel del entorno y personas más cercanas será, en esta primera fase, fundamental para obtener de apoyo y acompañamiento.
  • A pesar del dolor y las dificultades hay que intentar centrarse en vivir el presente, previendo lo esencial del futuro, cuidar las relaciones personales y buscar tiempo de calidad para disfrutar juntos, con familia y amigos, pensando en que hay muchas actividades que la persona afectada puede realizar.
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Fases del Alzheimer GDS 4:

La fase GDS 4 se asocia a un nivel de deterioro cognitivo moderado y determina el diagnóstico de demencia. En esta fase aumentan las dificultades para llevar a cabo las tareas más complejas, debido, fundamentalmente, a problemas organizativos y de concentración.

Puede que tenga dificultades para planificar un viaje u organizar una celebración, o gestionar la economía personal. Es característico de esta etapa confundirse con el manejo del dinero, hacerse líos con el cambio o la equivalencia entre monedas y billetes.

También es habitual que presente acusadas dificultades para recordar cosas que han ocurrido recientemente o confundir detalles de su propia historia personal. Los problemas de orientación habrán aumentado, pero aún no serán muy importantes en el tiempo o en lugares conocidos, reconociendo perfectamente a las personas de su entorno habitual.

Es importante, no solo en esta fase, sino siempre que sea posible, fomentar la autonomía de la persona con Alzheimer, estableciendo rutinas, supervisando, pero evitando resolver las cosas por ella. Es una buena manera de ayudarle a preservar el máximo tiempo posible las capacidades cognitivas aún intactas.

Fases del Alzheimer “moderada”: GDS 5

  • En la fase GDS 5, el enfermo/a empieza a necesitar asistencia para realizar actividades cotidianas, como vestirse, preparar la comida.
  • Tiene más dificultades para recordar datos simples y habituales, como su número de teléfono o dirección.
  • Las dificultades de orientación ya son muy evidentes, tanto en el tiempo (el día, la hora), como para saber en todo momento el lugar en el que se encuentra.
  • Aún conoce los nombres de sus familiares más próximos e identifica a las personas.

Fases del Alzheimer “moderadamente grave”: GDS 6:

En esta fase el deterioro cognitivo se agrava y las capacidades para realizar determinadas actividades cotidianas, como vestirse o asearse.

  • Con el avance de esta fase aumentará su necesidad de ayuda para la higiene personal, usar el WC, vestirse y alimentarse. Es en esta fase en la que aparecen problemas del control de esfínteres, primero urinarios y, después, intestinales.
  • Presenta signos graves de desorientación, tanto en el tiempo como en el lugar y aparecen francos problemas de orientación respecto a su propia persona. 
  • Es habitual que olvide el nombre de personas cercanas, aunque suele distinguir entre personas familiares y desconocidos.
  • Se presentan los cambios más evidentes en la personalidad y la conducta, que pueden tomar la forma de apatía, tristeza, obsesiones, agitación, ansiedad, irritabilidad, o episodios de agresividad, incluso delirios o alucinaciones. Cada persona es un mundo por lo que estos cambios serán muy personales.

Es aconsejable hacer cambios en la casa como despejar los espacios, esconder el material con el que pueda hacerse daño, añadir objetos personales y familiares que le ayuden a ubicarse. Es importante simplificar todo lo que tenga que hacer al máximo. Por ejemplo, organizar el armario con lo mínimo y que esté a la mano y a la vista claramente para que no suponga difícil elegir lo que busca.

En esta fase las personas cuidadoras sentirán mucha más presión y ansiedad por lo que será muy recomendable que busquen apoyo externo en los cuidados o pedir ayuda para organizar su propio tiempo libre. Participar en grupos terapéuticos de apoyo es una útil herramienta para hacer frente a la sensación de sobrecarga.

Fase grave, el final del proceso (GDS 7)

La fase final, GDS 7 destaca por un deterioro cognitivo y funcional muy grave.

  • La persona va perdiendo de manera progresiva la capacidad para hablar y comunicarse.
  • Pierde progresivamente la capacidad autónoma de funciones básicas: comer, caminar o mantenerse erguida.
  • Aún puede reconocer gestos y distintas formas de expresión no verbal. Por esa razón es tan importante usar un tono de voz amable y un contacto físico necesario para recuperar la conexión cuando el lenguaje ya no sirve para comunicarse

Fases y Tratamiento del Alzheimer: Alzheimer Tratamiento farmacológico

Alzheimer: el tratamiento para la enfermedad de Alzheimer es de tipo paliativo, no curativo, pero existen tratamientos complementarios.

Aunque no existe cura para esta enfermedad esta realidad podría verse modificada a medio plazo ya que actualmente, hay más de 100 fármacos en investigación para el tratamiento del Alzheimer cuyas pruebas son esperanzadoras. Todavía es preciso esperar a la comercialización de algunos de los más avanzados en Europa.

Cuando el médico prescribe tratamientos farmacológicos lo hace para paliar algunos síntomas, disminuyendo su intensidad y favoreciendo una mayor calidad de vida de pacientes y familiares. . Estos fármacos no modifican el curso neurobiológico de la enfermedad y de hecho, su efectividad, va disminuyendo con la progresión de la enfermedad.

Fases y Tratamiento del Alzheimer

Alzheimer Tratamiento complementario

De forma complementaria al tratamiento farmacológico existen también las llamadas terapias no farmacológicas, como los programas de estimulación cognitiva. Pueden realizarse de manera individualizada o en grupo, especialmente cuando la enfermedad aún no ha llegado a sus fases más avanzadas.

Los medicamentos que se prescriben para mitigar los síntomas del Alzheimer son los siguientes:

Inhibidores de la acetilcolinesterasa

Diversos estudios indican que los inhibidores de la acetilcolinesterasa retrasan la degradación de la acetilcolina, un neurotransmisor implicado en los procesos de la memoria y el aprendizaje. Suelen indicarse en fases de leve a moderadamente graves de la enfermedad de Alzheimer. Su acción permite potenciar temporalmente algunas funciones cognitivas, como la memoria y la atención, así como cierto control de determinados síntomas conductuales.

Los resultados clínicos y de investigación indican que estos medicamentos influyen también en las actividades de la vida diaria, favoreciendo la autonomía de las personas con Alzheimer.Los medicamentos incluidos en este grupo son el donepezilo, la galantamina y la rivastigmina.

Los tres funcionan de manera parecida, pero dependiendo de las características de cada paciente, el neurólogo optará por uno u otro y hará el seguimiento de su eficacia y tolerancia que, en general, es buena. Hay que informar al médico de posibles efectos secundarios para su valoración y, si fuera necesario, modificar la dosis o, valorar un tratamiento alternativo, o suspenderlo.

Memantina

La memantina no suele prescribirse antes de fases moderadas de la enfermedad. Se ha mostrado eficaz a nivel cognitivo, en el funcionamiento global y en el desempeño en las actividades de la vida diaria. En este caso, la acción farmacológica está relacionada con la acción de otro neurotransmisor, el glutamato, que también está implicado en algunas funciones cognitivas.

Fármacos para el control de alteraciones conductuales

En determinados momentos de la evolución de la enfermedad, el neurólogo puede considerar necesario prescribir, temporalmente, además del tratamiento de base, algún fármaco para el control de algunas alteraciones afectivas (depresión, ansiedad), conductuales (agitación, agresividad, alucinaciones o delirios) o los problemas de sueño.

Ante determinadas alteraciones conductuales, los fármacos de elección suelen ser los denominados antipsicóticos, siendo la quetiapina y la risperidona los más utilizados. La dosis y duración dependerá de la gravedad de los síntomas y siempre deberá seguirse estrictamente la pauta médica. Cuando los síntomas predominantes son de tipo afectivo, pueden estar indicados los fármacos antidepresivos, como el citalopram, la sertralina o la trazodona.

En general, no se recomienda el uso de ansiolíticos o sedantes de la familia de las benzodiacepinas (como el Orfidal©, el Tranxillium© o el Diazepam), puesto que pueden agravar la desorientación, generan dependencia y, a largo plazo, se asocian a mayor riesgo de deterioro cognitivo pero, en cualquier caso, será el médico de referencia quien valorará cuál es el fármaco más oportuno en cada caso.

Medicamentos específicos para el tratamiento del Alzheimer

Tipo de fármacoNombreFases de la enfermedad de Alzheimer
Inhibidores de la acetilcolinesterasaDonepeziloDe leve a grave
Inhibidores de la acetilcolinesterasa
GalantaminaDe leve a grave
Inhibidores de la acetilcolinesterasa
RivastigminaDe leve a grave
MemantinaMemantinaDe moderado a grave
Este cuadro tiene carácter meramente informativo. En cada caso individual, siempre prevalecerá la decisión o la opinión del neurólogo.

En la actualidad hay muchas investigaciones científicas en marcha alrededor de todo el mundo buscando tratamientos efectivos para la enfermedad de Alzheimer. No obstante, hasta ahora ningún tratamiento ha demostrado que pueda revertir el avance de la enfermedad en los seres humanos.

Prevención del Alzheimer

Por ahora, no existe prueba concluyente que nos indique que existe un medicamento, un elemento nutricional o un procedimiento cognitivo que evite el riesgo de padecer Alzheimer. No obstante, en los últimos años, hay cada vez mayor evidencia científica de que aquello que es bueno para el corazón, también lo es para el cerebro. Es importante, pues, prevenir los factores de riesgo cardiovascular (hipertensión arterial, diabetes, hipercolesterolemia…) y seguir unos hábitos de vida saludables basados en cuatro pilares fundamentales:

  • ejercicio físico moderado y regular,
  • una dieta sana y equilibrada,
  • mantener la mente activa,
  • cultivar las relaciones sociales.
  • ¡Cuidado con las curas “milagrosas” y las falsas promesas para tratar el Alzheimer!
  • Como sucede con otras enfermedades, a medida que crece la preocupación social por la amenaza que supone el Alzheimer, se tiende a buscar formas de prevenirlo y de reforzar nuestra salud cerebral, pero hay quien ve una oportunidad para obtener ganancias económicas vendiendo falsas esperanzas.

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Referencia: Web de la Fundación Pascual Maragall